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Un joven aficionado a la física cuántica cruza accidentalmente a un universo paralelo, asesina por error a su doble y debe suplantarlo para sobrevivir. Atrapado entre dos versiones de su barrio y su vida, deberá descubrir quién es realmente, antes de que ambos mundos colapsen.
SYNOPSIS:
Lautaro celebra su vigésimo cumpleaños en el bar local con su novia Ámbar, quien está molestando porque Valen, la canción de la banda que está tocando, le dedica una sensual.
Al día siguiente, el mundo de Lautaro se derrumba: su padre sufre un infarto arrepentido justo delante de él. Antes de morir, le deja una petición tan imposible como inquietante: «Llama a mamá y dile que no se preocupe, que cuando salga de aquí volveráé a casa». Pero Ana Lía los dejó hace cinco años, y para Lautaro, es un tema cerrado.
En el funeral, Ámbar sugiere buscarla, y Johanín, el anciano y excéntrico asistente de su padre, le dice que irá a su casa al día siguiente para contarle «algunas cosas».
Al día siguiente, Lautaro entra en el estudio cerrado de su padre y descubre una puerta oculta que lo lleva de vuelta a su sala de estar. Allí, se encuentra con un intruso y, preso del pánico, comete un acto irreparable: lo mata de un disparo. Desconsolado, descubre que el muerto es igual a él. En ese momento aparece Johanín y, tras indignarse por lo que hizo, le explica a Lautaro que ha cruzado "la Falla de Bernal", un error de la naturaleza que conecta a dos Bernales: dos realidades paralelas idénticas en apariencia pero con destinos diferentes.
Ahora, con un cadáver escondido en el escritorio de su padre, Lautaro se ve obligado a ponerse en el lugar de su doble asesinado y navegar entre dos Bernales para evitar ser descubierto como asesino.
En el "otro Bernal", Lautaro comienza a comprender y adaptarse a su nuevo rol. Su existencia parece más atractiva: Ana Lía, su madre, lejos de haberlo abandonado, le cocina milanesas con puré de papas; Tiene una relación apasionada con Valen, fuma, tiene amigos y un auto lindo... Pero también tiene un lado oscuro y tenso: junto con su amigo Tuki, está involucrado en el tráfico de drogas y bajo la presión del corrupto Sargento Báez. Y, para colmo, en este paralelo de Bernal, Ámbar mantiene una relación con Tuki, lo que lo perturba emocionalmente.
En el Bernal original, su vida se desmorona: Ámbar se da cuenta de que algo ha cambiado en su interior y se lo reprocha todo el tiempo; el cadáver oculto se pudre minuto a minuto... desesperado, lo entierra en el sótano, donde descubre otras dos tumbas; Huguito, el perro del vecino, ladra constantemente a la pared del escritorio oculto y, por las noches, Lautaro se obsesiona viendo vídeos conspirativos sobre la "Falla de Bernal", donde se describe a Johanín como un posible ser inmortal de más de 130 años.
Entre alucinaciones inducidas por drogas, revelaciones familiares y viajes entre los dos Bernales, Lautaro descubre que su padre llevaba una doble vida, que su madre fue víctima de esa red de mentiras y que tiene una hermana oculta.
El conflicto escala rápidamente. Un fallido envío de drogas desemboca en un tiroteo, y Lautaro huye hacia su casa, donde Ana Lía lo espera tras descubrir los cuerpos enterrados en el sótano. En un trágico desenlace, ella se suicida delante de él, desatando un caos que involucra a las dos versiones del Sargento Báez: Ámbar, la otra Valen, Johanín y Huguito, quien en un acto heroico salva a Lautaro de las balas del policía.
La historia culmina en el funeral de Ana Lía. Lautaro, solo, devastado y marcado por la experiencia, recibe a Johanín, quien le deja una última advertencia:
"Tienes que ser fuerte para todo lo que viene. Mañana pasaré por tu casa y te lo explicaré... No la cagues..."